Reflexionemos en esto, durante la Semana Santa y todo el año, nos aferramos a la esperanza que Jesús estableció. Una esperanza que trae consigo amor, justicia y paz. Al profundizar en este pensamiento, nos encontramos con sus enseñanzas y sacrificio que promueven la restauración, el amor fraternal, el sentir con honestidad y realizar el bien al prójimo con genuino corazón. Me gozo con lo que dice 1 Pedro: 3-4 “¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva 4 y recibamos una herencia que no se puede destruir, contaminar o marchitar”. Tengan una hermosa Semana Santa.
